Propuesta de la Dra. (c) Kattia Núñez sobre el potencial de las actinobacterias en el ambiente antártico, fue una de las propuestas ganadoras en concurso del INACH

Las condiciones extremas e inhóspitas del territorio antártico, ofrecen variables únicas para descubrir nuevas moléculas que permitan dar solución a una creciente crisis global: la resistencia antibiótica.

Esa es la apuesta de la Dra. (c) Kattia Núñez, quien recientemente se adjudicó fondos de apoyo a tesis de postgrado en temas antárticos del XIII Concurso del Instituto Antártico Chileno (INACH) 2019.

La investigación se denomina “Evolución de las actinobacterias en el ambiente antártico y su potencial para el descubrimiento de moléculas antibióticas” y se desarrollará entre enero a diciembre de 2020 en el Laboratorio de Biología Molecular Aplicada del Centro de Excelencia en Medicina Traslacional dirigido por la Dra. Leticia Barrientos.

“Me he enfocado en antibióticos, porque hay una crisis de resistencia antibiótica. Las bacterias se han hecho resistentes con el paso del tiempo y hay mucho esfuerzo en intentar encontrar moléculas que sean nuevas y diferentes. La hipótesis es que las bacterias antárticas han tenido que adaptarse para sobrevivir, produciendo moléculas diferentes a las que se encontrarían en un ambiente común”, explica la Dra. (c) Kattia Núñez.

En términos del trabajo en laboratorio, se analizarán diez actinobacterias; se va a secuenciar el genoma y a partir de ahí, se va a proceder a realizar genómica comparativa. De esta forma, la idea es comprar los resultados obtenidos de estas actinobacterias de ambiente frío con otras provenientes de otros ambientes.

“El Laboratorio de Biología Molecular está participando en la Red de Investigación en Ambientes Extremos (NEXER), junto a la Universidad de Antofagasta y la U. de Magallanes, lo que podría permitir comparar el trabajo que están realizando ellos y compararlo con el que vamos a realizar nosotros. Así podremos ver si hay algún resultado diferente”, añade la investigadora.

El trabajo de investigación se centrará en el uso de actinobacterias, debido a la importante producción de metabolitos secundarios, los cuales han sido idealmente aprovechados por la industria farmacéutica por su función antibacteriana y antifúngicas, entre otras propiedades.